A priori, se podría pensar que la colocación de estos paneles solares puede producir dos efectos adversos:
- Sobre el cultivo
- Sobre la estructura del invernadero.
El primero de ellos, debido al sombreo que producen las placas fotovoltaicas sobre la plantación, restando por tanto una cierta cantidad de radiación fotosintética a las plantas y sombreando zonas concretas del invernadero en detrimento de otras que no están expuestas a este efecto, pudiéndose pensar que la producción puede verse mermada o que ésta pueda perder calidad comercial a la hora de su venta en los canales comerciales habituales.
Por otra parte, el segundo de los efectos adversos previsibles surge de la pregunta, ¿están las estructuras de los invernaderos preparadas para soportar el peso de las placas solares?, ya que por desgracia, estamos acostumbrados a ver que tras un granizo o fuerte viento, muchas estructuras de invernaderos no son capaces de soportar esas cargas y sus estructuras colapsan.
Para dar respuesta a esta disyuntiva se han llevado a cabo diversos estudios junto con un equipo de investigadores de la Universidad de Almería AGR-199.
Los resultados obtenidos a lo largo de dos años de investigación, han sido muy esperanzadores puesto que los dos problemas que a priori se planteaban se han visto resueltos de forma satisfactoria.
- En primer lugar, la producción de tomate obtenida en estas condiciones no se vio disminuida, consiguiendo unos buenos resultados tanto en cantidad como en la calidad del producto comercial, por lo que las dudas que se albergaban sobre el efecto del sombreo producido por las placas solares ubicadas en la cubierta del invernadero, no han tenido consecuencias negativas sobre el cultivo.
- En segundo lugar, el nuevo diseño de la estructura del invernadero junto a la utilización de placas fotovoltaicas de silicio amorfo en lugar de las típicas placas de silicio cristalino con alto peso, ha permitido soportar adecuadamente las cargas que transmiten las placas solares a la estructura, habiendo superado satisfactoriamente las evaluaciones del comportamiento estructural del invernadero.
Este tipo de invernaderos resultan muy interesantes, porque desarrollan líneas estratégicas tales como la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, la producción de energía limpia, el fomento del autoconsumo eléctrico y la producción energética localizada en zonas de consumo. Es por ello que se prevee no a muy largo plazo, un apoyo decidido por este concepto.
Puedes leer más sobre este proyecto llevado a cabo en este artículo: Invernaderos Fotovoltáicos: Un nuevo cultivo la energía eléctrica.
