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Jueves, 26 Junio 2014 00:00

Fases de la Fertirrigación: La logística del agua para Riego

Comprende todas las operaciones desde que el agua de riego entra en nuestra explotación hasta la salida de la solución nutritiva por el emisor:  

2.1.- Tratamiento:

Según la naturaleza física y química del agua hay que diseñar un tratamiento especifico de filtrado. Además de la filtración, debemos de proveer qué tipo de profilaxis vamos a emplear, bien incorporando algún producto químico en el almacenamiento de agua o inyectándolo en la red de distribución, o utilizar algún método para desinfectar el agua a través luz ultravioleta, ozonización o cloración.

2.2.- Inyección de fertilizantes:

Normalmente se usan sistemas de inyección venturi, con una electroválvula que abre y cierra el paso a cada inyector de forma automática, y en función, de la relación programada de cada uno de los inyectores y atendiendo a la lectura de la sonda de conductividad. Un número de inyectores adecuado, nos va a permitir en la práctica, convertir un sistema de inyección en una fábrica de fertilizantes, pudiendo variar en cualquier momento la composición de la solución nutritiva.

La fiabilidad de estos sistemas es alta y viene condicionada por la profesionalidad en el diseño y en el montaje, así como un mantenimiento adecuado del sistema. Es muy sencillo comprobar el buen funcionamiento analizando la solución nutritiva en el emisor, y en el agua de riego y comparándola con la solución teórica que hemos calculado.

2.3.- Corrección PH:

Tiene tanta importancia o más que la inyección de los fertilizantes, y suele ser un elemento que despreciamos, ya que su control suele ser automático, y del PH depende no solo evitar obturaciones en el sistema de distribución o en los emisores, sino, y esto es lo realmente importante, prolongar el tiempo que un ión va a estar disponible para el sistema radicular, ya que no sirve de nada diseñar una estrategia de riego y un cálculo de nutrientes si estos van a precipitar por PH alto.

2.4.-Redes de distribución:

Hemos comprobado anteriormente la importancia capital que tiene el agua como nutriente y como vehículo del resto de nutrientes, de ahí que debamos de comprobar que la eficiencia de su distribución debe de estar en torno al 95%, para asegurarnos de que estamos fertilizando de una forma homogénea.