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Jueves, 10 Abril 2014 00:00

Importancia de los Controladores Climáticos en la Fertilización Carbónica

Se hace necesario el disponer de un controlador climático que gestione las aportaciones en función de:

Las condiciones concurrentes ambientales:

  • radiación
  • humedad

Las condiciones de las instalaciones de corrección:

  • posición de las ventanas
  • velocidad del viento
  • ventilación forzada
  • sistema de calefacción
  • sistema de iluminación artificial
  • sistema de cogeneración, etc.

El controlador ha de gestionar la demanda requerida por el cultivo (concentraciones) en función de la producción como subproducto de la generación de calor para calefacción del invernadero, luz de asimilación, electricidad (cogeneración), etc.  

3 concentraciones 

La demanda requerida se establece mediante tres concentraciones que cubren tres situaciones de menor a mayor demanda: “puro”, “bajo” y “alto”.

Concentración Pura

El nivel de la concentración “puro” se utiliza para cubrir la demanda mediante CO2 licuado procedente de procesos industriales

Concentración Baja

El nivel bajo, se emplea cuando existiendo una instalación de calefacción o generación de energía, esta, se conecta únicamente debido a la demanda de dióxido

Concentración Alta

Por último, el nivel alto es empleado aprovechando la producción de CO2 como subproducto de la demanda de calor de calefacción, (presente o futura) o la generación eléctrica.

¿Qué elementos interfieren en estas concentraciones?

Las concentraciones son influenciadas por el nivel de radiación solar y el estado higrométrico del aire, por cuestión agronómica, y por la posición de las ventanas y la velocidad del viento, de modo que se optimice su empleo.

Características de la Instalación climática: Sensores de CO2

La instalación requiere de un sensor de CO2, que normalmente utiliza un método de medición de la concentración en aire, basado en la absorción de la radiación de infrarrojo que presenta el gas carbónico, frente al resto de gases que componen el aire atmosférico, llevándose a cabo su determinación mediante el cambio de presión que tiene lugar en una cámara cerrada tras ser radiada la muestra.

Un único sensor suele estar conectado a una batería de electroválvulas, y con la ayuda de una bomba de vacío, un filtro y un decantador de condensados, permite el muestreo de los distintos compartimentos en los que se organiza la explotación.

Actualmente la tendencia es a disponer de un sensor por compartimento instalado en la caja de medida de temperatura y humedad relativa, que determina directamente en el flujo de aire de la caja de medida la concentración de CO2.